Descripción
La rosa de Jericó es una de las tantas pruebas de que el mundo de la jardinería es sumamente curioso; esta especie es una de las más llamativas y extraordinarias porque posee un superponer que pocas plantas tienen.
Su nombre puede transportarte a un tipo de rosa, pero no es así, de hecho pertenece a la familia de los helechos y es una especie poco conocida, pero muy especial.
Su rasgo más importante, es que es capaz de secarse por completo y resurgir cuando entra en contacto con el agua.
Sí, es una planta con el poder de resucitar.
Cuando la Anastatica hierochuntica no está en un clima que la haga sentir cómoda, sus hojas y flores se caen, las raíces se desatan de la tierra y las partes secas se encogen, adoptando una forma de pelota, incluso esto las ayuda a desplazarse kilómetros enteros con apoyo del viento.
En la antigüedad, se utilizaba la rosa de Jericó como elemento adivinador del clima y, para se sinceros, es bastante atinada.
Debido a que es un ser vegetal, de acuerdo con la humedad, puede cambiar su aspecto, así que los chamanes consideraban que tenía un pronóstico bastante creíble sobre el tiempo.
Si la planta se secaba y se cerraba, era una señal de que el clima sería seco, pero si comenzaba a abrirse y mantenerse verde, entonces es que llovería.
Su poder no sólo se encasillaba en el clima, pues diferentes culturas consideraban la rosa de Jericó como sacra y mágica, por su superpoder de absorver las malas energías y transformarlas en positivas.
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